Breve carta a los amigos del PO

Compañeros: me parece de una irresponsabilidad y un desconocimiento absoluto su reciente post sobre la legalización de la marihuana en Uruguay.

En primer lugar, la legalización de la marihuana en Uruguay no tiene nada que ver con Monsanto. Fue impulsada por una coalición de movimientos sociales uruguayos que vienen militando desde hace años por la despenalización de las drogas y por otros derechos sociales: aborto legal, matrimonio igualitario, identidad de género. Es justamente la derecha más retrógrada la que busca asociar esta ley con Monsanto, porque sabe que es un punto sensible para la gente de izquierda.

En estos momentos se está trabajando en la reglamentación de la ley, definiendo, entre otras cosas, los tipos de semillas que se van a usar y la forma de distribución y acceso. La ley prevé el autocultivo y la formación de clubes sociales. La venta en farmacias se agregó para no dejar en la clandestinidad a las miles de personas que iban a buscar la manera de acceder a la marihuana por otros medios.

En cuanto al registro de usuarios, es una medida retrógrada y a la que el movimiento social siempre se opuso. Pero al mismo tiempo somos conscientes de que ese maldito registro era la única manera de que la ley fuera aprobada, dadas las presiones internacionales de todo tipo, que incluyen acusaciones y amenazas por parte de gobiernos y organismos internacionales.

Decir que la marihuana embrutece al pueblo es una generalización tan ridícula como la que hicieron los prohibicionistas de Estados Unidos en la época de la ley seca. Confundir consumo con adicción es de una irresponsabilidad intelectual alarmante para un movimiento de izquierda como el de ustedes.

Pero incluso si aceptáramos la afirmación absurda de que la marihuana embrutece al pueblo, las políticas prohibicionistas empeoran la situación, al ser absolutamente ineficientes para la reducción del consumo, y al criminalizar a buena parte de la sociedad, en especial a los más jóvenes y a los más pobres.

Por no mencionar que las políticas prohibicionistas en América Latina son consecuencia directa de las estrategias de dominación militar de Estados Unidos, bajo la coartada de la «guerra contra las drogas».

Por último, les cuento que la ley fue respaldada por la enorme mayoría de la izquierda uruguaya, así que cabe exigirles a ustedes más respeto a las construcciones colectivas y a la militancia de movimientos hermanos latinoamericanos.

Saludos fraternales.

4 comentarios

Yamandú Cuevas

Excelente Jorge, excelente. Te mando un gran abrazo.

Gracias, Yama, lo escribí en un brote de calentura. Abrazo!

Marxista Pijudo

Pretender que el trotskismo, campeón mundial del «entrismo» respete las construcciones colectivas es de un candor… ay Jorge.
Voy a decir algo odioso, pero por algo soy el Marxista Pijudo: un supuesto falso del que la izquierda parte sistemáticamente, y que la lleva a tantos errores, es creerse más inteligente que la derecha. Un día deberemos asumir que la mediocridad intelectual de la derecha se equipara bastante con la de nosotros, la izquierda, y quizás a partir de allí podremos empezar a cambiar algo.
En fin, igual, los uruguayos son todos una manga de drogadictos, del primero al último.

Che, pijudo, tenés razón, ser entristas y pelotudos es la peor combinación.

Por otra parte, no me publicaron el comentario en su sitio web y al parecer no publicaron otros muchos comentarios: la URL de mi comentario pendiente de moderación tenía el sufijo #commet-31.

Igual todo esto lo digo desde el cariño.

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